sábado, 17 de octubre de 2009

"Momias"


























A lo largo de estos años quizás mi profesionalizado ojo crítico me haya hecho percibir las situaciones que vivimos en nuestro municipio de forma distinta a la mayoría. En cualquier caso, también me ha dado la oportunidad de ver, observar, escuchar y actuar; y a la vez, ha hecho que me interese mucho la opinión real que de nosotros, los prieguenses, tienen aquellos cuyas circunstancias les han traído hasta Priego, pero que en realidad, no son de aquí.

Hace algún tiempo un señor catalán que residió en Priego por cuestiones laborales me comentó algo que en un principio me hizo reír; al analizarlo, me entristeció. De sobra es sabida la fama de impulsores, innovadores y trabajadores de los catalanes y sin ningún ánimo de ofender por su parte me contó que le llamaba mucho la atención la pasividad que existía en Priego a la hora de desarrollar un proyecto o impulsar alguna iniciativa. En tono de broma pero crédulo me anunció que en pocos años si Priego seguía igual los turistas nos visitarían solo por unas horas para descubrir: “el pueblo famoso por haber quedado anclado en el siglo XX”…
En diferente ocasión, alguien de fuera pero con fuertes vínculos familiares con Priego me dijo que Priego era bellísimo pero sus gentes en principio acogedoras, se convertían,-principalmente en aquellos momentos en los que debían de defender sus necesidades-en momias: movimientos lentos, poco combativos, nada competitivos y a la hora de reivindicar algo mirando siempre hacia otro lado.

Debo reconocer que no me gustó nada el calificativo y lo discutí pero...volví a analizar sus argumentos y tenía razón. Yo misma fui testigo de cómo una empresa en un determinado momento de bajón financiero preguntó a sus trabajadores prieguenses por una solución, ¿adivinan?...Efectivamente, se optó por la fórmula más cómoda que desde luego no era la que más favorecía a los trabajadores, ni por supuesto la que más beneficiaba a Priego. Estoy segura que en cualquier otro pueblo la actuación de los trabajadores y el resultado de la decisión, hubieran sido completamente diferentes.
Al hilo de todo esto me viene a la mente lo ocurrido este verano en Fuente Obejuna, cuando todo un pueblo con su alcaldesa al frente plantaban cara a la mismísima SGAE como ya ocurriera hace siglos con el Comendador en la famosa obra de Lope de Vega. Admito que seguí esa noticia con sumo interés y como en los cuentos de final feliz me alegré por las hazañas de sus gentes y admiré el hecho de que no se vinieran abajo ante el Gigante. Un claro ejemplo de pueblo unido por su bien común, donde triunfó la lógica frente a los intereses de unos pocos. ¿Se imaginan si eso mismo hubiera ocurrido en Priego? Me entristece pensar sin temor a equivocarme que el desenlace final aquí en Priego, hubiera dado la victoria al “Comendador”.

A estas alturas de mi vida me resulta ya un tanto empalagoso el hecho de que sigamos viviendo de algo tan obvio como la belleza de nuestro pueblo pero sin embargo, pasemos por alto y nos paralicemos ante reivindicaciones justas y necesarias para el desarrollo del Municipio, siendo de esta forma cómplices del mal hacer de algunos políticos que nos han representado o nos representan en la actualidad.

Es hora por tanto de dejar de ser momias y convertirnos todos en faraones, y así cada uno luchando por nuestro reino, tal vez nos demos cuenta de que la lucha por los bienes comunes y no individuales nos benefician y enriquecen a todos y cada uno de nosotros.